Sandra, una de nuestras participantes en el intercambio cultural, nos escribe desde Tres Cantos, una de las ciudades más verdes de España, situada a las afueras de Madrid. Esto es lo que nos cuenta de su experiencia hasta ahora:
Mi primera impresión fue de entusiasmo al llegar. Las dos primeras semanas fueron un poco duras -acostumbrarme a un nuevo entorno, hablar sólo una lengua extranjera y sentirme un poco sola-, pero ahora las cosas son mucho más fáciles. Me he acostumbrado a la ciudad y al transporte público, y ya no me siento como un extraño.
La familia de acogida me ha acogido muy bien y nos llevamos muy bien. Nos apoyamos mutuamente cuando surge algún imprevisto. Por supuesto, es un poco raro vivir en casa de otra persona, pero no diría que me siento como una intrusa. Es muy bonito compartir tus conocimientos y tradiciones con la familia y la gente que te rodea. También disfruto contándoles a los niños historias sobre Serbia y mi infancia.
Durante mi primer mes, he intentado conocer a tanta gente como me ha sido posible, explorar la zona y encontrar sitios estupendos para comer comida local. He visitado varios museos e incluso he participado en un taller de elaboración de paella y sangría.
Lo que más me ha gustado de esta experiencia es que me ha abierto los ojos y me ha dado una nueva perspectiva del mundo y de la gente. También he empezado a aprender lecciones de vida realmente valiosas.
Su mensaje a los futuros participantes:
Yo recomendaría a los futuros participantes que estuvieran preparados para un periodo muy emocional y a veces turbulento de adaptación a un nuevo país. Habrá una mezcla de sentimientos, pero hay que ir con la mente abierta, dispuesto a abrazar una nueva cultura y nuevas amistades. Creo sinceramente que es algo que todos los jóvenes deberían experimentar.
Incluso cuando te sientas solo, anímate a conocer a otros jóvenes en tu tiempo libre. Aprovecha al máximo tu estancia aquí: ¡no te arrepentirás!