Milica, una de nuestras participantes en el intercambio cultural, nos escribe desde el encantador pueblecito de Maria de la Salut, en la isla de Mallorca, donde lleva un mes disfrutando de la vida. Nos cuenta sus primeras impresiones y aventuras:
Hace aproximadamente un mes llegué a España y, como nunca antes había participado en un programa de este tipo, sinceramente no tenía ni idea de qué esperar. Pero gracias a los padres -y, en realidad, a toda la familia- que me acogieron como a uno más desde el momento en que nos conocimos, cualquier problema (y no ha habido muchos) ha sido fácil de manejar juntos. Aunque las culturas española y serbia comparten muchas similitudes, también hay muchas diferencias, sobre todo porque Mallorca es una isla con un ambiente único que la diferencia de la España peninsular. En casa estoy acostumbrada a una ciudad mucho más grande, así que al principio me resultaba un poco extraño que la gente me mirara con curiosidad por la calle. Pero enseguida me di cuenta de que era porque aún no me conocían. En cuanto empecé a saludarles y a presentarme, todo cambió. En sólo un mes, he conocido a la mayoría de los lugareños, y todos han sido increíblemente amables y serviciales, tanto si necesitaba algo para los niños como para mí. Creo sinceramente que este programa de intercambio está bien pensado y que vivir en el extranjero de esta manera es una oportunidad única para sumergirse en otra cultura y conocer costumbres diferentes de primera mano, sobre todo porque lo haces mientras vives con una familia local.
También nos contó cómo le gusta pasar su tiempo libre y qué es lo que más le ha cautivado hasta ahora:
En mi tiempo libre, me encanta explorar la isla, sus numerosas playas y pequeños rincones escondidos. Los fines de semana los dedico a salir con la familia, a ver los partidos de fútbol en los que participa el niño o a estar todos juntos en casa.
Cuando se trata de trabajar con nuestro equipo, Milica añade:
Gracias al Centro de Afirmación y Desarrollo, tuve la oportunidad de experimentar la vida en España, en la hermosa Mallorca, como parte de una familia maravillosa que me hizo sentir como en casa desde el primer día. Todo el proceso de encontrar una familia de acogida fue rápido y sencillo, gracias a la gran organización del Centro y de su agencia asociada en España.
Y esto es lo que tiene que decir a los futuros candidatos:
Ten paciencia: tanto tú como la familia (sobre todo los niños) necesitaréis tiempo para adaptaros los unos a los otros y a las diferencias culturales. Al principio, puede parecer que estás haciendo algo mal, pero si tienes paciencia y prestas atención, verás rápidamente que todo va bien y que todo forma parte del proceso. Lo más importante es la comunicación abierta entre la familia y tú. Si algo no está claro, no dudes en preguntar: están más que dispuestos a explicar las cosas y ofrecer orientación (especialmente cuando se trata de los niños y su funcionamiento). Creo sinceramente que esta experiencia merece todo el esfuerzo, y la recompensa que obtienes a cambio no tiene precio. O como dicen aquí en Mallorca-poc a poc (tómatelo con calma)