Eliana nos informa desde España sobre su experiencia de intercambio cultural. Esto es lo que nos cuenta:
El principio fue un torbellino: ansiedad, miedo, emoción, alegría, tristeza, expectación... prácticamente todo el espectro emocional por el que se pasa cuando se empieza una nueva aventura y se inicia una nueva vida. Así es exactamente como me sentí hace casi dos meses, justo antes de partir hacia España. Cuando llegué, me sorprendieron todas las medidas de seguridad y la seriedad con la que la gente se las toma. España ha cambiado mucho desde mi última visita hace un año. Todo esto aumentó mi ansiedad en los primeros días y semanas, hasta que por fin me acomodé a la vida en esta pequeña ciudad andaluza enclavada entre olivos.
Vivo con una familia que tiene tres hijos, aunque principalmente enseño inglés a dos de ellos; el tercero es un pequeño bebé que me alegra el día a día. Desde el momento en que llegué, sentí una conexión con la familia. Me acogieron enseguida, empezaron a enseñarme el idioma, me enseñaron sus rincones favoritos e incluso me involucraron en la cocina de platos tradicionales españoles.
La mayoría de los días los paso jugando con los niños, y mientras ellos están en el colegio, yo asisto a mi máster online. Los fines de semana, intento explorar la mayor parte posible de España, sobre todo los pueblos más pequeños que ahora son más accesibles. En estos viajes he conocido a mucha gente interesante de todo el mundo, gente que, como yo, intenta escapar del caos global y empaparse del encanto de Andalucía.
Viniendo de grandes ciudades como Belgrado y Salónica, adaptarme a la vida en una ciudad pequeña ha sido probablemente el mayor reto hasta ahora, y ya me ha enseñado mucho. Ahora tengo un grupo de amigos en la ciudad y juntos aprovechamos al máximo el tiempo que pasamos encerrados.
Entre la increíble familia de acogida, las nuevas amistades, el aprendizaje de un nuevo idioma y la experiencia de una cultura diferente, ni siquiera me importa estar "atrapada" en un lugar. Estoy muy contenta de haberme lanzado a esta aventura, especialmente en un momento tan extraño, porque no puedes crecer sin salir de tu zona de confort.
A cualquiera que se lo esté planteando: ¡adelante! No hay nada como este tipo de experiencia auténtica. Y, por supuesto, gracias a CAR por hacerlo posible, por estar pendiente de nosotros regularmente y por estar siempre ahí cuando necesitamos algo.