Aleksandra nos envía un cordial saludo desde Madrid, donde participa actualmente en un programa de intercambio cultural. Esto es lo que nos cuenta:
Sí, ojalá el título de esta historia hubiera sido otro. Me llamo Aleksandra, y quiero enviar un gran saludo a todos los futuros candidatos de CAR que estén considerando el programa de intercambio cultural. Permítanme empezar preguntándoles algo: ¿alguna vez se han preguntado si los sueños realmente pueden hacerse realidad? Si no es así, o si crees que es imposible, estoy aquí para decirte que no estás soñando lo suficientemente grande.
¿Qué convierte un sueño en realidad? Yo diría que el deseo, un deseo fuerte y ardiente. Hablo por experiencia propia, porque una vez tuve un sueño que parecía inalcanzable y hoy está casi cumplido. ¿Ese sueño? Vivir en España.
Como siempre me han gustado los idiomas, la cultura y las tradiciones, no pude resistirme a la idea de unirme a este programa. Conocí el intercambio "Descubre España" de CAR a través de las redes sociales y no pude más que conocía era para mí. Tras una entrevista satisfactoria, empezó el proceso de crear mi perfil y encontrar una familia de acogida. Tardé unos meses, y a medida que se acercaba el día de la partida, también lo hacían las oleadas de malas noticias sobre COVID-19 procedentes de todo el mundo. Por supuesto, tenía miedo. Todavía lo estoy, un poco. Pero el deseo de quedarme y la convicción de que al final todo iría bien pesaban más que mi miedo.
Lamentablemente, aún no he tenido la oportunidad de explorar mucho, ya que acabo de llegar. ¿Pero lo importante? No estoy sola. Junto con mi increíble coordinador (muchas gracias), puedo decir sinceramente que me siento como en casa. Desde el momento en que vi las caras sonrientes de mi familia de acogida esperándome en el aeropuerto de Madrid, supe que había tomado la decisión correcta. Incluso ahora, que todos permanecemos en casa las 24 horas del día y seguimos medidas de seguridad, se han asegurado de que nunca me sienta aislada. Encontramos formas de divertirnos y estrechar lazos, y me siento realmente parte de la familia.
Claro que ahora no podemos deambular por las calles de la ciudad, pero nos aferramos a la esperanza de que las cosas mejoren pronto. Y hasta entonces, como alguien que vive en una de las zonas más afectadas, solo quiero decir a los futuros participantes que, si mantienen la calma, siguen los consejos de su coordinador y se atienen a las directrices de seguridad, no hay por qué alarmarse.
Una última cosa: no me había dado cuenta de lo mucho que un programa como éste podía ayudarme a crecer, tanto personal como profesionalmente. Ahora que lo sé, puedo decir sin dudarlo que estoy exactamente donde tengo que estar. Creo en un mañana mejor y, lo que es más importante, creo en mí misma. Y creer en uno mismo es el primer paso hacia el éxito, ¿no?
Este es mi mensaje para todos vosotros: vivid vuestro sueño sin miedo, como estoy haciendo yo ahora mismo.